Los mitos, las leyendas y las supersticiones de Irlanda son el legado de una rica tradición oral. Escuchar estos relatos y la descripción de los lugares en los que acontecieron es una experiencia fascinante y muy divertida. Brit McGinnis ha esco ]]>
Pide un deseo en Glendalough
Si eres una de esas personas que siempre pide un deseo al soplar las velas de la tarta, tenemos buenas noticias. Nuestros ancestros, quizá antes de que existieran las velas de cumpleaños, perfeccionaron el arte de pedir deseos. Bastaba un pequeño ritual y… ¡ale-hop! ¡voilá! Deseo concedido. Tu primera parada obligada es la Mottee Stone: si consigues dar tres vueltas a la piedra sin pensar en una cabra, se cumplirá tu deseo. En Glendalough la cosa es esta: si abrazas una cruz, se cumplirá tu deseo.
La reina Maeve fue la mítica reina de Connacht, enemiga (y ex esposa) del rey del Ulster, y es la protagonista estelar de la famosa historia Táin Bó Cúailnge, también conocida como ”El robo del toro de Cuailnge”. Su tumba, emplazada en la cumbre de Knocknarea, es santuario de supersticiones. Dicen que si llevas una piedra y la dejas en la cima del montículo, la reina te colmará de buena suerte. Pero, ay, atrévete a llevarte una piedra del montículo… y la mala suerte te perseguirá hasta el fin de tus días…
Superpoderes
¿Sabes este maravilloso paisaje nuestro, el que te obliga a pararte en el arcén, bajarte del coche y coger la cámara para capturar los rayos de sol que se filtran entre las nubes y se reflejan en el lago? Pues según algunos mitos, se guarda un montón de ases en la manga.
El pescado significa conocimento aquí
El famoso Castillo de Blarney, Condado de Cork
Millones de personas se han agachado para besar la piedra a lo largo de los años, incluidos Mick Jagger, Billy Connolly y Winston Churchill. La piedra apareció en un cortometraje de 1904 titulado “The European Rest Cure“, y fue una de las estrellas del musical de 1949 “Top O’ the Morning”. Sigue siendo una de las atracciones más icónicas de Irlanda, y por si dudas del “don de la elocuencia”, he aquí “prueba” que ofrece el blog de Blarney:
Laurel y Hardy visitaron Blarney a principios del siglo XX. Por eso, no nos sorprende que fueran de los pocos que lograran pasar con éxito del cine mudo al sonoro… ¡Habían besado la piedra!Polvo de hadas…
Una hada
Púcas
Las púcas son las criaturas más traviesas de nuestro folclore, quizá se deba a que son niños cambiados. Las Púcas adoptan distintas formas en distintas partes de Irlanda. Pregunta a cualquier habitante del Condado de Down si alguna vez ha visto a un travieso anciano por ahí dando vueltas. ¿O quizá alguien de Waterford ha visto un águila extraordinariamente grande? Pero la forma preferida de las púcas es la de un caballo oscuro con ojos dorados. Sin embargo, no debes tener miedo, ¡a las púcas les gustan mucho los humanos!
Las Púcas adoptan distintas formas
Pocos sonidos hay más aterradores que los que emite una banshee (alma en pena). Los gemidos de esta mujer en plena noche predecían la muerte de un familiar. El lamento de la última banshee se documentó en el exterior de la iglesia de San Columba, en el Condado de Derry, alrededor de 1940. De esto hace más de 70 años, así que ahora estamos seguros, ¿verdad? ¿Verdad…?
Pues ya lo ves: lugares encantados, criaturas mágicas e incluso lugares que ayudarán a cumplir tus mayores deseos. En Irlanda, hay magia de sobra para todos.
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Edward Harland y Gustav Wolff con W.H. Wilson y William Pirrie
Es una demostración perfecta de que las historias de las personas relacionadas con el barco perduran y siguen tan vigentes como siempre. Con la celebración del centenario y la inauguración a bombo y platillo del espectacular Titanic Belfast, es fácil dejarse arrastrar por la historia del barco: su tamaño, la historia de la construcción, los materiales utilizados…
TITANICa se centra en los hombres que hay detrás de las máquinas; sus logros, sus estilos de vida y sus historias.
Algunos actores vestidos de la época
Se trata de una forma muy emocionante de vivir la época; sentados junto a una hoguera de turba en una diminuta casa de 1884 traída de la zona este de Belfast; observando cómo una prensa victoriana imprime un billete para el viaje inaugural del Titanic; e incluso viendo películas mudas en la Picture House.
A mí personalmente, las historias que más me impactaron fueron las de los remachadores, que cuentan las realidades cotidianas del astillero. Cuánto les pagaban por remache, cómo el capataz marcaba las tarjetas de los trabajadores con la hora a la que se iban y volvían del baño o que el primer accidente mortal durante la construcción del Titanic fue el de un niño de 15 años.
Mi guía en TITANICa: The Exhibition, Ken, tiene otra teoría sobre la fascinación que sigue ejerciendo la historia del Titanic 100 años después. La combinación de las conocidas personalidades que se encontraban a bordo del barco (incluidas algunas de las personas más ricas del planeta) y el gran progreso de las comunicaciones que permitió publicar noticias al día siguiente, concedió al evento el carácter de cultura popular que se ha prolongado hasta nuestros días.
Hay más de 500 artefactos de la época en el museo.
“Lo que Belfast sí tenía, y de sobra, eran habilidades, ambición y orgullo por su trabajo”, relata Ken.
Señala la foto de Edward Harland y Gustav Wolff con los socios W. H. Wilson y William Pirrie; su confianza, tan impecable como sus trajes y sus bien recortados bigotes.
Resulta difícil apartar la mirada de los planos conceptuales del barco, que datan de 1909 y son realmente fascinantes. La firma de Thomas Andrews se encuentra en la parte inferior izquierda. Lo que me llamó especialmente la atención fue lo que creo que debió ser el primer collage de ideas para viajes oceánicos.
A su lado se encuentran los planos originales de tinta y papel, líneas y números diminutos trazados por manos extremadamente cuidadosas. Ken me recuerda que todo el barco se construyó, básicamente, a mano, lo que me lleva a pensar en el remachador y sus relatos sobre pérdidas de dedos.
Ejemplos de placas de primera, segunda y tercera clase encontradas en el naufragio se conservan tras los cristales. Me resulta curioso que la placa más sencilla sea la de primera clase, de un blanco puro, hasta que Ken me explica que la lámina de oro que la cubría se ha erosionado.
Una camiseta del pasajero de tercera clase William Allen, rasgada en la manga y recosida, ilustra la pobreza y lo poco que algunos pasajeros de tercera clase se llevaron con ellos para empezar una nueva vida.
Otra pasajera de tercera clase, Rosa Abbot, fue la única mujer que fue rescatada con vida de las aguas heladas. Una foto suya, con semblante contenido y triste (sus dos hijos murieron en el naufragio) se exhibe en el museo, con un mensaje escrito en el reverso para una tal Srta. Lessman, una pasajera del Capathia.
Un modelo del Titanic
Ken me explica que la conmoción que sufrió Belfast después del naufragio fue de tal magnitud que durante una generación, nadie habló del Titanic.
“Como todas las grandes historias, encierra una tragedia”, afirma Paul, el taxista. Lo cierto es que esta historia merece ser contada.
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Sus formas angulares son de lo más atractivas. Este documento de los arquitectos conceptuales ilustra la evolución del diseño de un modo fascinante; cristales de agua, un iceberg amorfo, el logotipo de White Star, figuras dinámicas, siluetas de proas en el astillero y placas de revestimiento conforman el diseño final.
- El armazón toma forma: el edificio en julio de 2010
Si tuviéramos un helicóptero para disfrutar de esta vista...
Y si tienes la suerte de ver una vista aérea del edificio, observarás que se asemeja a la insignia de White Star Line, todo un logro conceptual, ¿no te parece?
Las proas de 27 metros (una altura idéntica a la de la proa del Titanic, por supuesto) están revestidas con tres mil placas de aluminio tridimensionales que refulgen de una forma espléndida. Las placas de aluminio anodizado se denominan “olas” y 2000 de ellas tienen una forma totalmente única, mientras que las otras 1000 placas estándar se intercalan unas con otras, imitando el brillo del diamante. Si el sol brilla durante tu visita, te recomiendo que utilices gafas de sol. Otro ingenioso efecto es la colocación de estanques de agua en la base, para hacerlo parecer más grande y brillante… si eso es posible.
La construcción del edificio fue sorprendentemente rápida, teniendo en cuenta que hizo falta la “capa de cemento más grande que se había utilizado en la isla para formar los cimientos”. Curiosamente (y no estamos seguros de si fue algo premeditado o es cosa de nuestra imaginación) el tiempo empleado para la construcción fue el mismo que el empleado para construir el “Barco de los sueños”: alrededor de 3 años. En diciembre de 2009, el solar estaba desierto y listo para el inicio de las obras. Recréate mirando en lo que se ha convertido en tan breve período de tiempo.
El edificio, que ocupa 14 000 metros cuadrados y en su punto más alto, se eleva 38.5 metros por encima de la plaza, es dos veces más grande que el Ayuntamiento de Belfast. En su interior se esconde un laberinto de escaleras mecánicas, pasarelas y paredes con texturas distintas y variadas que invitan al visitante a estirar la mano y palparlas. El edificio también hace gala de una escalera mecánica suspendida de 25 metros, la más larga de Irlanda.
Instalación de la escalera mecánica en mayo de 2011
La rosa de los vientos del atrio se terminó en enero de 2012.
La gran escalera en enero de 2012
Sansón y Goliat, en el corazón de la ciudad del Titanic
Los padres del concepto creativo del Titanic Belfast fueron Eric Kuhne y Mark Evans de Civic Arts / Eric R. Kuhne & Associates, que contaron con la ayuda de la firma Todd Architects para el diseño arquitectónico ejecutivo y del equipo de albañiles de Harcourt Construction (NI) Limited. Si el edificio ya es así de majestuoso aún sin estar terminado, no nos cabe duda de que será digno de admirar a la luz de los fuegos artificiales que marcarán su inauguración.
Durante el día de Halloween de 2011
Imágenes cedidas por cortesía de Titanic Belfast y su fotógrafo, Chris Heaney.
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El desfile en O’Connell Street, Dublín
Ah, y también tendrás que perdonarnos por ponerte en el aprieto de tener que elegir en qué lugar de Irlanda pasar el gran día verde. Salvo que tengas un helicóptero (esta fue nuestra primera idea, pero no conseguimos convencer a Turismo de Irlanda de que el blog necesitaba su propio helicóptero) tendrás que decidirte por un solo rincón de la isla.
Y siguiendo este espíritu de perdón, hemos creado una pequeña guía para todos aquellos afortunados que van a disfrutar de un gran fiestón en la isla verde de San Patricio.
Dublín 16 – 19 de marzo de 2012
El desfile de Dublín es el padre de todos los desfiles: un sinfín de compañías teatrales, artistas, títeres gigantes, música atronadora y banderas ondeantes hacienda cabriolas desde Parnell Square hasta la Catedral de San Patricio. Y esto no es más que el comienzo de un impresionante festival que dura cuatro días. Encontrarás parques de atracciones, exposiciones, música, incluso una visita a pie “Tras las huellas de San Patricio”. Todas las expectativas de música y danza irlandesa se verán, sin duda, cubiertas con el tradicional festival de música irlandesa Trad Stage y el festival de céilí, pero lo que en realidad nos gusta de los eventos de San Patricio es sumergirnos en ellos y vivirlos a tope. Nos gusta ver la estrafalaria película Quackser Fortune tiene un primo en el Bronx o disfrutar del gran espectáculo de música y danza rusa The Russian Spectacular. ¿Quieres reírte a carcajadas? Si es así, no te pierdas el Laughter Lounge (¡tiene sentido!), donde se representa Father Ted Weekend, una comedia que te encantará. ¡Venga, atrévete, vamos! No tengas miedo, intenta verlo todo durante estos días; en el sitio web oficial del Festival de San Patricio encontrarás todos los detalles y una práctica aplicación.
Armagh 9 – 19 de marzo de 2012
Un chico disfrazado durante el desfile de Armagh
Cork 17 – 19 de marzo de 2012
“Cork es el lugar perfecto para pasar el fin de semana de San Patricio”, proclama la ciudad de Cork como solo ella sabe hacerlo. El festival comienza con un desfile de artistas circenses, títeres y otros 2.000 participantes. No se pierde la ocasión de mostrar orgullosamente las proezas culinarias autóctonas en el mercado de alimentos y artesanía con artesanos locales en pleno centro de la ciudad durante los tres días que dura el festival, junto con música, artistas callejeros y talleres infantiles.
Una carroza durante el desfile de Cork
La ciudad de Limerick ha prometido un desfile especialmente grandioso este año como parte del Festival de San Patricio, así como magníficas sesiones de música tradicional después del desfile, esa misma tarde. El día 18, el Concurso y desfile internacional de bandas, que celebra su edición número 42, marchará por la ciudad con más de 800 músicos venidos de todo el mundo para participar en un desfile y un concierto gratuito. Echa un vistazo al programa para ver los mercados, museos y comedias.
Galway 12 – 17 de marzo de 2012
El desfile de Galway tiene un tamaño casi perfecto: lo suficientemente pequeño como para desfilar alegremente por las sinuosas calles de Galway, pero lo suficientemente grande como para transmitir una fantástica atmósfera carnavalesca de bandas, bailarines y artistas circenses. Grupos de artistas de todo el mundo acuden a Galway para celebrar el día, que promete ser un festival de color y buenas vibraciones.
Wexford 17 – 19 de marzo de 2012
El desfile de San Patricio de Wexford se considera el más antiguo de Irlanda, teniendo sus orígenes en 1917. Este año, habrá carrozas, bandas de instrumentos de viento, bandas marciales, músicos y artistas callejeros… todos dispuestos a divertir y encantar a los más fiesteros.
Las celebraciones
La Seachtain na Gaeilge (semana del idioma irlandés) constituye el preámbulo del gran día, con eventos por toda la ciudad. Londonderry celebra el carnaval primaveral del Día de San Patricio con mucho estilo. El tema del desfile de este año es Viaje de descubrimiento, y se explora todo, desde la historia marítima y aérea de la ciudad hasta los grandes viajes. Cuando el desfile abandone Guildhall Square, la plaza será tomada por la música irlandesa tradicional en directo. Los niños estarán muy entretenidos con los artistas callejeros, maquilladores y títeres.
Mientras tanto, Belfast celebrará su legendario desfile y Lisburn celebra una carrera de caballos especial.
Aunque te pierdas y vayas a parar a un diminuto pueblo del oeste de Irlanda el día 17, te encontrarás con un desfile (aunque sea de unos pocos tractores con banderas).
Y si aún estás decidido a verlo todo, siempre cabe la posibilidad de que Bono no necesite su helicóptero.
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No es difícil distinguir el Empire State Building cuando está iluminado en verde.
El desfile de la ciudad de Nueva York, por ejemplo, incluye 250.000 estruendosos participantes que hacen sonar la trompa, tocan el tambor y básicamente hacen ruido a lo largo de la columna vertebral de Manhattan. También participan miembros del cuerpo de policía irlandés, del ejército norteamericano y todo tipo de bandas de música, pero ningún vehículo. El verde es el único color visible: tanto las luces del Empire State Building como los bocadillos o las cervezas adquieren el tono del trébol.
Chicago presume de sus credenciales verdes tiñendo el río Chicago.
La diversión no termina con nuestros vecinos americanos. El hecho de que Auckland, Nueva Zelanda, una ciudad a más de 30.000 kilómetros de distancia, celebre el día de San Patricio demuestra lo lejos que ha llegado el “craic”, el espíritu irlandés de la diversión. Es el mismo “craic” que caracteriza desde los campeonatos de futbol gaélicos hasta las obras de Samuel Beckett aunque, evidentemente, ¡se manifiesta de formas distintas!
Orgullosos gaiteros tocando en el desfile del día de San Patricio de Birmingham.
De vuelta a los Estados Unidos, los entusiastas que organizan las celebraciones de Nueva Orleans recomiendan a los participantes que lleven “algo verde” o, aún mejor, un disfraz de Leprechaun, los míticos duendes irlandeses. ¡Con eso lo decimos todo sobre el gran día en esta ciudad sureña! También conviene saber que el desfile incluye varias paradas “de repuesto” a lo largo del recorrido. Para los que no sepan en qué consisten estas “paradas de repuesto”, ahí va una pista: tienen que ver con tomarse alguna que otra pinta de Guinness verde.
Y hablando de Guinness, si te gusta esta cerveza quizá deberías celebrar San Patricio en Budapest ya que algunos pubs ofrecen pintas gratis a todos los afortunados que se llamen Patricio (¡aunque puede que te pidan el carnet de identidad!).
Además de todos esos desfiles únicos y fantásticamente ruidosos, habrá cientos y miles de pubs y hogares en todo el mundo que brinden a su manera por el viejo y querido San Patricio. Porque, al fin y al cabo, el 17 de marzo no sólo pertenece a Irlanda: nos pertenece a todos.
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Unas vistas a las islas de la Bahía de Clew en el Condado de Mayo
En el año 441 d.C., San Patricio escaló descalzo la rocosa montaña para ayunar durante cuarenta días y cuarenta noches en la cima, emulando a Jesús en el desierto. Cuenta la leyenda que un grupo de demonios en forma de serpientes intentó apartarle de su camino, pero San Patricio ahuyentó a los fastidiosos espíritus haciendo sonar con fuerza su legendaria campana Finn-Foya. Las épicas aventuras de San Patricio bastaron para poner su nombre a la montaña y consagrarla como principal centro de peregrinaje de Irlanda.
Sin embargo, en la noche de los tiempos (estamos hablando de hace 5.000 años), mucho antes de que apareciera nuestro particular espantador de serpientes, la montaña ya era un centro de culto pagano conocido como Cruach Aigli (que podría traducirse del gaélico como “la cima del águila”). Cada año se celebraba aquí el festival Lughnasa para apaciguar al voluble dios pagano Lugh y asegurar una abundante cosecha. Los paganos también creían que las mujeres aumentaban su fertilidad si subían a la montaña y dormían en la cima.
Croagh Patrick
Antes de llegar al pie de la montaña, te recomendamos ampliar la ruta por los alrededores, ya que hay mucho por descubrir. En Murrisk, no te pierdas el emotivo Famine Memorial: una escultura funeraria en forma de barco con inquietantes esqueletos en su interior.
La Piedra Boheh (conocida también como la “silla de San Patricio”) es una gran roca situada en el acceso oriental a Croagh Patrick, y está cubierta de motivos circulares del Neolítico (parecidos a los que adornan la piedra de la entrada del monumento neolítico de Newgrange). Los dibujos están relacionados con al fenómeno del “sol rodante”. Si los días 18 de abril o 24 de agosto estás de pie sobre la roca, verás ponerse el ardiente sol en la cima de Croagh Patrick, pero en lugar de esconderse tras la montaña – que sería lo normal – los rayos dorados caen deslizándose por la ladera de la derecha. Es un espectáculo único y resulta extraordinario pensar que ya fue observado por el hombre prehistórico.
La estatua de San Patricio
Cada año, el último domingo de julio, conocido como Reek Sunday, unas 30.000 personas invaden el condado de Mayo para subir a la montaña. A pesar de su herencia cristiana, la montaña acoge a todo el mundo, de todas las creencias y nacionalidades. Y cada uno tiene sus propias razones para subir: el sustento espiritual, el desafío físico o simplemente las espléndidas vistas desde la cima.
Cuando subas por estas laderas, estarás literalmente siguiendo los pasos de los ancestros de Irlanda. Leyendas, tradiciones, mitos y supersticiones han quedado firmemente ligados a la montaña, que para todo el mundo es mucho más que un lugar para pasar la tarde. La gente encuentra consuelo y compañerismo durante el ascenso, comparte un objetivo y una experiencia humana que va más allá de las creencias religiosas. Croagh Patrick nos despoja de los detalles que nos separan en la vida, para unificar a todos aquellos que suben sus laderas.
El fenómeno mundial en que se ha convertido el día de San Patricio es un logro extraordinario para una isla con una población de tan sólo seis millones de habitantes y es un testamento de la influencia y popularidad que los irlandeses tienen más allá de sus fronteras.
La Fuente de Cibeles, Madrid
La Plaza Mayor en Salamanca
La Puerta de Alcalá
El Burj Al Arab Hotel, Dubai
Moulin Rouge, París
El Empire State Building de Nueva York
- Londres
La Torre del Cielo, Auckland
Toronto
La Casa de la Ópera de Sydney
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Pero, ¿qué hay detrás de toda esa promoción a bombo y platillo de la Guinness Storehouse? Respiramos hondo, tomamos un buen trago y nos lanzamos a descubrirlo.
El Gravity Bar
No caben dudas sobre la perspicacia y la visión para los negocios de Arthur: heredó un buen patrimonio y lo invirtió en una superficie de 26 hectáreas que ya ha sido visitada por alrededor de 8 millones de personas. La Guinness Storehouse tiene tanto de homenaje al hombre y su visión como de florida conmemoración multimedia del aterciopelado líquido negro.
La Guinness Storehouse y el Gravity Bar en el centro de Dublín
Uno de los primeros detalles sorprendentes que conozco es que cuando Arthur entró aquí en 1759 y solicitó ese arrendamiento de ciencia ficción, no lo hizo como inventor de la cerveza negra, aunque sin duda la perfeccionó y las primeras plantas de la Guinness Storehouse demuestran la simplicidad de su receta: solo cuatro ingredientes, cebada, lúpulo, levadura y agua. Esta es también una visita plenamente sensorial, así que prepárate para oler el lúpulo y ronchar entre los dientes la cebada tostada antes de probar la cerveza.
Sigo sorprendiéndome en la sección de elaboración de cerveza… “¿10 días dices?” mientras estiro el cuello para ver las máquinas de elaboración, algunas de ellas tan grandes como mi casa. En la sala de catas, horrorizo al guía al sujetar mi pinta con el dedo bien estirado.
Uno de los anuncios famosos con el tucán
En la sección de anuncios, tucanes, avestruces y prestigiosos surfistas desfilan formando parte de la icónica publicidad de la marca durante años. La verdad es que no sabía que el logotipo del arpa fue utilizado por Guiness mucho antes de que se convirtiera en un emblema de la República de Irlanda.
Después de aprender sobre la historia y los ingredientes, llega la hora de mi primer examen. Hago cola en el bar y recibo instrucciones muy detalladas para obtener la pinta perfecta. Mientras la tinta de mi certificado de “pinta perfecta” se seca, me llevo arriba mi pinta y mis recién adquiridas habilidades para disfrutar de las vistas, igualmente perfectas, del Gravity Bar.
El Gravity Bar, la parte más famosa de la visita a la Guinness Storehouse, lleva muchos años recibiendo visitas de muchas caras famosas: Chris Rock, Will Ferrell, Susan Sarandon, Adam Sandler, Sean Penn, Beyoncé, Pink, y recientemente la reina Isabel II, han brindado entre estas paredes.
El bar inundado de sol es, seguramente, el punto culminante de la visita. Situado 46 metros por encima de la ciudad, sus vistas panorámicas abarcan tejados y parques, campanarios y montañas. Mientras espero a que se asiente mi pinta y contemplo la estampa, la enorme envergadura de la Guinness Storehouse se hace patente y caigo en la cuenta de que lo que aquí se fabrica permite disfrutar al mundo entero del maravilloso sabor de Guinness. Imagina lo que le queda por hacer durante los 8.747 años restantes.
El Gravity Bar, la parte más famosa de la visita a la Guinness Storehouse
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Si el Señor Jameson estuviera aquí, diría “¿tienes sed? ¡Bueno, entra aquí!”
La primera destilería Jameson está situada en la parte norte de la ciudad de Dublín. En la actualidad, es más bien un museo que sigue rindiendo tributo al líquido dorado con clases sobre el proceso de destilado y catas muy educativas. Enviamos a Brit McGinnis a escuchar lo que tenían que contarnos.
Visita a la Destilería Jameson
No todos los días se tiene la oportunidad de visitar una destilería. Ni todos los días puede una zambullirse de lleno en la historia del whisky, retrotrayéndose en instantes al empedrado centro de la ciudad de Dublín. En el pasado, pasé mucho tiempo en el otro lado de la barra, por lo que pensé que ya estaba bastante familiarizada con la popularidad de Jameson… Después de esta visita, me di cuenta de que me quedaba mucho por aprender.
Sine Metu, además de ser el equivalente latino a la expresión “Sin miedo”, es el lema de la familia Jameson. Si hubieras vivido por los alrededores de la ciudad de Dublín en el siglo XVIII, seguro que habrías oído hablar de John Jameson. En aquellos tiempos, Dublín era al whisky lo que la región de Champaña era al champán. Dublín era la ciudad del whisky por excelencia, lo que dice mucho de este hombre y su brebaje… tanto que seguimos tomando su bebida en copitas o con café irlandés muy caliente.
Los barriles de Jameson
Hoy en día, Jameson llega a nosotros bien en una botella verde brillante (más grande y mejor, ¡gracias!) o en una copa, pero lo que realmente sorprende durante la visita a la destilería es la sobrecogedora sensación de amor y dedicación ligada a la fabricación del Jameson en aquellos tiempos (que perdura hoy en día). Trilla (la separación del grano de la paja), prensado (la malta se muele para convertirse en una harina gruesa y se mezcla con agua caliente), fermentación (añadir levadura y esperar)… ¡estamos hablando de mucho trabajo! La visita muestra cómo se calentaban especialmente las fábricas para que la cebada produjera azúcares, réplicas de gigantescas ruedas hidráulicas que ayudaban a accionar la maquinaria, y las enormes bañeras que limpiaban los trabajadores que habían llegado tarde a trabajar ese día. ¡Por aquella época no había despertadores!
El Descubrimiento del Día: El cóctel ‘Big Ginger’.
Al pensar en Irlanda, son muchas las imágenes que se le vienen a uno a la mente, todas ellas unidas a sabores. Mantequilla cremosa untada sobre gruesas rebanadas de pan de soda irlandés, ostras saladas resbalando garganta abajo y carnosos mejillones al vino blanco. Posiblemente, el sabor más apreciado (¡para los mayores de 18!) sea el del néctar dorado que despierta nuestras papilas gustativas y calienta nuestras gargantas. El whisky Jameson es uno de esos fabulosos sabores de Irlanda. Y después de ver el duro trabajo, la dedicación, el amor y la precisión que conlleva este brebaje… creo que estoy cerca de apreciarlo más de lo que había hecho nunca.
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Irlanda: la tierra de los amantes legendarios
Ah, y el paisaje irlandés está salpicado de antiguos castillos y recónditos jardines que ocultan los ecos de historias de amor olvidadas. La Irlanda romántica sigue viva y en plena forma. Lo aseguro. De hecho, los restos del propio San Valentín yacen en la Iglesia de Whitefriar de Dublín.
En honor a este día de sentimientos sinceros, servidor ha decidido compartir las historias más románticas jamás vividas en Irlanda. Quién sabe, a lo mejor te sirven de inspiración para vivir tu propio romance irlandés.
Abadía de Kylemore
Abadía de Kylemore
Amantes legendarios
Ross y Rachel, Catalina y Guillermo, Cú Chulainn y Emer. Bueno, a lo mejor esta última pareja no te suena de nada… ¡pero estás a punto de conocerla! Cú Chulainn es un asiduo de los mitos y leyendas irlandeses, pero esta historia de amor se desarrolló en la provincia del Ulster. Cú Chulainn se enamoró de la bella Emer en cuanto posó sus ojos sobre ella. Emer era la hija del astuto Forgall Monach, que odiaba a Cú Chulainn y le envió a adiestrarse con la mujer guerrera Scathach, seguro de que el brutal régimen de adiestramiento lo mataría. Pero no podía estar más equivocado. El amor de Cú Chulainn por Emer le dotó de una fuerza sobrehumana (sé cómo se siente) y regresó al Ulster victorioso. Aún así, Forgall le negó la mano de su hija. Cú Chulainn terminó por hartarse y asaltó la fortaleza de Forgall, raptó a Emer y robó todos los tesoros de Forgall. Emer y Cú Chulainn se casaron enseguida y, aunque no sabemos dónde pasaron la luna de miel aquí te dejamos una preciosa foto de las Montañas Mourne.
Las Montañas Mourne
Dublín: la ciudad de los amantes
Dublín: la ciudad de los amantes
Quizá, el poema de amor más bello de Irlanda, Raglan Road, fuera escrito por el difunto Patrick Kavanagh después de espiar a esa muchacha que le robó el corazón en Grafton Street.
Patrick Kavanagh
Claddagh, Galway
Con su famoso corazón en el centro, el anillo de Claddagh es sinónimo de romance. Los orígenes del anillo son algo vagos, pero casi todos los relatos coinciden en su creador: Richard Joyes, oriundo de Galway.
El anillo de Claddagh
Haciendo uso de sus nuevas habilidades, Richard estableció su propia joyería en Galway y su primera creación fue un anillo para su novia. En él aparece el corazón que representa el amor que sentía por ella, las manos que representan la amistad que compartieron y la corona que representa la lealtad de su esposa durante su confinamiento. Es una bella historia que se revive en Thomas Dillons , el acogedor museo de joyas que se encuentra hoy en Galway. Estos joyeros llevan confeccionando el anillo de Claddagh desde 1750, e incluso han hecho anillos para la realeza.
Si toda esta charla sobre romances te ha despertado el deseo de comprar un anillo muy especial, ya sabes dónde ir.
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